FOTO PEDRO SANCHEZ |
Madrugada de primavera en Ubrique,, frontera entre el Parque Natural de los Alcornocales y el de la Sierra de Grazalema, mientras en el primero empiezan a desperezar corzos y venados corredores ágiles en el primer bucle, en el segundo cabras montesas observaran a los buitres calentarse al sol, hoy planearan contentos sabedores de que habrá carnaza fresca. En la plaza del pueblo un grupo de corremontes, especie de reciente decubrimiento, salen espoleados por los gritos de Chito, su medio natural no está entre los coches y las casas, por unas horas este serán los caminos y vereas, los bosque y montañas, por un camino jalonado de antorchas cambian las luces del pueblo por la de los frontales, ojos abiertos como los mochuelos, buhos y otras rapaces nocturnas que a buen seguro observan el paso de los corredores. Dos mil años atrás el hombre construyó el puente que definivamente los lleva allá fuera, al iniciar la subida pronto destacan los mas veloces, pero en el reino animal no siempre vencen a los mas resistentes, en el reino de la arenisca y el alcornoque las primeras luces del alba
FOTO MANOLO CANTO |
mole caliza de la Sierra de Ubrique y sobre ella la del Caillo, Parque Natural Sierra de Grazalema, pero antes de visitarlas hay que bajar a Ubrique, lo que a la ida eran jadeos para tomar aire ya se va convirtiendo en dolor de piernas, en satisfacción porque se va a terminar una parte pero aun mas en dudas sobre lo que deparará el durísimo segundo trayecto de este magnifico viaje. Con apenas tiempo para avituallarse y recibir los ánimos de los amigos vuelven a partir ahora por el casco antiguo, autentico sabor a pueblo, y comienzan a aparecer piedras y mas piedras, terreno áspero y escarpado el paso de los Pedernales, piedra de pedernal inscrutada en la caliza utilizada en la prehistoria para construir herramientas y todavía para producir chispa para el fuego, un respiro de alivio en la meseta de Sierra Baja que dura poco, la Garganta de Barría ahora abajo es el nuevo destino camino que apenas se intuye jalonado de afiladas piedras que saltando cual cervatillo hay que ir sorteando, y eso también desgasta, también hace mella en los castigados cuerpos, el sol se acerca al cenit pero al igual que los animales buscan los aguaeros, aparece uno y se cruza una y otra vez, refresco que durará poco ante una nueva subida, un nuevo bocado en las fuerzas, impresionante los Llanos del Republicano que se
abren ante los ojos, pero son demasiado llanos e inmediatamente hay que abandonarlos por otra joya, el precioso y zigzageante camino ganado a las rocas que lleva al Refugio de los Pinsapos y de este al del Correo, aljibes para guardar el preciado liquido ahora reconvertidos en cobijo de algún ocasional montañero, para la gran mayoría de la manada las zancadas se van tornando lentas y pesadas todavía lejos pero se intuye el final, aunque a estas alturas alguno mira al cielo, retando a los buitres, como queriendo decirle que planeen sobre otro " voy a apurar lo que me queda para llegar, destrozado, roto, pero mas vivo que nunca". Villaluenga, último respiro, última parada para tomar aliento, última mirada al frente, un vistazo allá arriba, llenar los pulmones de aire antes de asaltar la subida del Puerto del Ahorcado, la Sierra del Caillo se muestra como una autentica pared que desde ahí parece infranqueable, la mirada ahora clavada en el camino, de pronto la única preocupación es dar un lento paso tras otro, un vistazo de soslayo para ver lo que queda,
llegada al Navazo Alto, y la madre naturaleza les recarga de energía, duele, pero duele menos cuando saben que allá abajo se intuye Benaocaz, de repente parecen creerse, aunque solo sea eso, creen bajar como las ágiles cabras montesas que observan atónitas el desfile de colores que transitan sus dominios. Barrió Nazarí, Benaocaz, Calzada Romana, cuantas historias habrán visto pasar esas mismas paredes que se pueden tocar al pasar, historias como la de estos que ahora pasan, cada uno tiene la suya propia, su aventura, se ha vencido a si mismo y a sus miedos, eso de ahí es Ubrique, a tiro de piedra, van a lograrlo y lo saben, alcanzaran cada uno su propia meta, en la Plaza el arco, gritos y aplausos, emoción al compartirlo con los demás, pero la satisfacción es propia, intima, en la cabeza y en el corazón se llevan grabados a fuego los obstáculos salvados no solo en este día también los superados para estar en la linea de salida.
muy buena entrada y muy buena carrera
ResponderEliminarGracias Jorge.....Alcornocaliza te espera
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la crónica Perico.
ResponderEliminarHas narrado la carrera como a mi me gusta, sin contar kilómetros, tiempos, ni pulsaciones...Nuevamente enhorabuena.
Gracias Sergio, a salido así supongo que mientras mas dentro te llega una actividad mejor se cuenta, nos vemos en....
ResponderEliminarPerico inmejorable cronica, descrita al detalle. Ahora a por una III edicion .Saludos
ResponderEliminar