martes, 4 de marzo de 2014

MILAN-SAN REMO 1946 RETROCICLISMO

Un país desolado por la Guerra. Italia comenzaba a recobrar la normalidad una vez finalizada la Segunda Gran Guerra que devastó el país transalpino. Al igual que truncó otras muchas oportunidades de seres anónimos, la contienda echó por tierra los mejores años en la trayectoria de los dos grandes ídolos nacionales, Gino Bartali y Fausto CoppiLas sangrientas batallas se impusieron a los combates que mantenían uno y otro en las carreteras. Uno estaba en su plenitud como ciclista, el otro comenzaba a apuntalar el dominio que más tarde ejercería. Después de dos años de parón, la Primavera,la Milán-San Remo fue el gran escenario del regreso a la normalidad en el ciclismo. Con ello, el primer duelo entre dos ciclistas que dividieron el país en dos.
La Piazza del Duomo en Milán centraba todas las miradas en el día de San José de 1946. Sin televisión, el pueblo se agolpaba en torno a las radios para vivir una nueva edición de la Classicissima. Coppi se presentaba en la capital lombarda como el máximo favorito a la victoria. Una meticulosa preparación que le llevó a recorrer cerca de 7.000 kilómetros desde el 1 de Enero hasta la fecha de la disputa de la gran clásica pesaron para realizar los pronósticos. Por delante, 294 kilómetros entre las llanuras lombardas y la costa de la Liguria con el Passo Turchino, los tres Capos, a Cipressa y el Poggio di San Remo como máximas dificultades.

Ese 19 de Marzo de 1946 pasaría posteriormente a la historia. Ciclismo y épica, épica y ciclismo.Deporte y heroicidad cabalgaron de la mano en un glorioso día. Fausto Coppi tomó la decisión de pasar aquel día a los altares del ciclismo. No habían transcurrido cincuenta kilómetros y Coppi pasó al ataque junto a un grupo de aventureros. Por detrás, un tranquilo Gino Bartali contemplaba asombrado el ataque de su rival. Lo que en un principio fue considerada como una locura acabó convirtiéndose en una de las grandes gestas de la historia del ciclismo. El grupo se acercaba con una ligera ventaja al comienzo del Passo Turchino con todas las miradas puestas en el italiano. Allí Coppi fue dejando uno a uno. Solamente el francés Lucien Teisseire pudo aguantar su ritmo. A mitad de la ascensión consiguió dejarlo. El Campionissimo fue el primero en cruzar el estrecho túnel que daba con la cima genovesa. En la cima, apenas dos minutos de diferencia restando aún más de 145 kilómetros hasta la Vía Roma de San Remo. La distancia no amedentró a Coppi. Sin mirar ni pensar en lo que venía tanto por delante como en la situación que existía detrás, aumentó el ritmo. La diferencia comenzaba a ser escandalosa. Ni la sucesión del Capo Mele, Cervo, Berta y los dos más famosos, la Cipressa y el Poggio de San Remo hicieron flaquear sus fuerzas. Coppi entraba de forma imperial en San Remo. Su majestuosa figura tomó la Vía Roma, la primera de sus tres victorias. Una victoria épica, una cabalgada para el recuerdo. Por detrás, a un mundo, entraba Lucien Teisseire a catorce minutosEl grupo de Bartali, donde se jugó la tercera posición, lo hacía a dieciocho minutos  encabezado por Mario Ricci.

Aquél 19 de Marzo, Fausto Coppi comenzó a fraguar una carrera de leyenda salvando todas las adversidades de una trayectoria marcada por el conflicto mundial. Cabe recordar que solamente un año antes estuvo encarcelado como prisionero de guerra después de que formara parte de la Divisione Ravenna en la campaña africana. Una nota más de lucha, de superación. Una nota más de lo gran campeón que fue Fausto Coppi.

domingo, 2 de marzo de 2014

XXX MARATON DE SEVILLA

Siempre dije que el día que corriese una maratón sería por haberla preparado convenientemente, supongo que llevado por el respeto desde pequeño a la comúnmente ( aunque erróneamente ) llamada  la distancia de Filipides, los míticos 42.195 metros, eso antes de los gepeses, que ahora a cada uno le mide una distancia, y normalmente siempre mayor. Pues bueno, a doce días de la maratón de Sevilla el amigo Diego decide no correr por unas molestias, y viendo que sería una pena dejar ese hueco en las calles sevillanas ahí que me lanzo a cubrirlo.  Con estas mi preparación de rodar consiste en un día de 18 kd
ms y el siguiente de 28,  otros 18 y una buena paliza en montaña el sábado me dejan las patitas que a  tres de días de la prueba todavía no soy persona.  Sin embargo el sábado si que tengo buenas sensaciones, y el domingo nada más levantarme se que va ser un buen día, hemos dormido en el piso de Andrea que por suerte se encuentra cerca de la Cartuja por lo que no tendré que hacer uso ni de coche ni de guardarropa por lo que sólo con la ropa de faena y algo de fresco voy trotando a la salida, la climatología promete portarse bien, buena temperatura y cero viento, si acaso una brisa casi inapreciable en algún momento. Influenciado seguro por no haberlo preparado, no tener un objetivo de tiempo más allá de calcular que puedo rondar las 3h 30 m, de hacer un buen rodaje, observo los preparativos de los demás casi como sí aquello no fuese conmigo, yo "pasaba por aquí".  Colocado por dorsal en el cajón  de las 3 horas y como esta claro que no es mi sitio tras el pistoletazo de salida me pasan decenas, cientos, diría que miles de corredores, yo a lo mío observando las curiosidades de cada uno. Voy sin reloj, pero se que voy algo más rápido de lo planeado, voy tan cómodo que no le veo sentido a relentizar, allá por el cinco me uno a Diego de los Lentos de Torreblanca y dos compañeros, ahí si que le pregunté sobre la marca aproximada que podían hacer conocedores del ritmo de maratón " sobre 3h20m", sinceramente me parece mucha tela para mi, pero voy muy bien por lo que por la propia inercia unos kms más adelante me voy marchando. Km 10 y algo donde Andrea y Yoli me ven pasar, me salgo de la masa para dar un beso a Yoli y continuar, no hay prisa, si me quedan más de dos horas dando zapatazos, mismo ritmo al pasar por la Macarena en el 15, vuelvo a verlas sabiendo que la siguiente vez sería en meta. Cerca de la media comienzan a amenizar el pasó grupos de rock que dan mucho ambiente, juntó a la buena cantidad de público por todo el recorrido, pasó la media  cómodo rozando la hora treintayocho, rondando el 30 me tomó el único gel que llevo y cálculo que voy sobrado para el tiempo estipulado así que aflojo un puntito para terminar lo más entero posible, aquí ya sí voy metido en carrera y pienso, joder es que voy a terminar una maratón, que por mucho que lleve uno en las piernas no deja de ser una maratón,  Parque  de María Luisa, Plaza de España, Catedral, Giralda, km 36 y ya ahí que ir tirando de cabeza, Puente de la Barqueta y t se divisa el estadio, pero no nos engañemos, quedan más de 4 kms, al trán tran quemando metros,  40,     Ayudo a un corredor mareado a sentarse en el bordillo, rodear el estadio para ver el túnel sur, emoción al cruzarlo, en un momento se me pasa por la mente que no he apretado lo suficiente y rozare la hora treinta, así que aprieto desde antes de pisar la pista girando la cabeza para ver el crono, hasta que lo veo, 3 h. 19m.!!!!!la propia emoción me hace parecer que acabo de empezar un 400, tiempo en meta 3 h 19 m 46 a.  Tiempo real 3 h. 19 m 30s.. Ya soy maratoniano, y lo peor no es eso, es que también me ha gustado.





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