En el cruce a la salida de Santa Olalla giro a la izquierda para cojer la carretera que llega hasta Zalamea la Real pasando por El Castillo de las Guardas y Riotinto, un kilómetro aproximadamente de ascenso para seguir con una larga bajada donde comienza a anochecer, parada para ponerme la ropa de abrigo, pues apenas cae la noche la temperatura desciende bastante y hay que evitar cojer frío que luego no hay manera de quitárselo, alcanzandose siempre las mínimas cuando comienza a amanecer, me encuentro increíblemente bien y el cansancio apenas se nota, reforzado mentalmente por la decisión de seguir solo. Comienzan las primeras rampas de subidas y hay un montón de kilómetros de subida continua y por momentos con bastante desnivel, la anecdota sucederia al volver a pasar por allí cuatro años después acompañado por Cástor el gallego de Sevilla y Jose Maria Campos organizador este año de la Madrid-Gijon-Madrid, otra vez de noche les decía yo que no había muchas subidas, y aquí se nota la distinta percepción que tenemos según el momento pues esta segunda vez me di cuenta realmente de la tela que tiene esa carretera. Para darle un poco mas de emoción al pasar por debajo del Castillo de las Guardas pinchazo en la rueda trasera y sustitución de la cámara a la luza de la linterna, aun sin tener hambre aprovecho para comer, que es importante en esto de las largas distancias que el cuerpo no entre en déficit ya que luego es difícil recuperar. De este tramo especial recuerdo al pasar y ver a la luz de la luna las minas se riotinto, esto en bajada para seguidamente afrontar otra subida de las que tienen carril de vehiculos lentos cosa que en la oscuridad de la noche hace subir piñones en previsión de lo que pueda venir, al poco, cruce de Zalamea la Real ya en la carretera que cruza la sierra de Aracena hacia Huelva, en la gasolinera de la salida del pueblo coca-cola de medio litro que si que ayuda a mantener despejado ante el alucine de unos chavales que las sacaban para el botellón. Unos veinte kilómetros de terreno relativamente cómodo para llegar al control de Valverde del Camino, km 516 del brevet y a 276m de altura. Pasada la una de la madrugada y con todo cerrado me dispongo a buscar la oficina de correos para echar la postal ya preparada a efectos de demostrar el paso por la localidad, giro a la derecha y me doy de bruces con una plazoleta donde se celebra el botellón, tropescientosmil jovenes muchos de ellos afectados por los efluvios etílicos que ven aparecer a un tio disfrazao en bicicleta, un poco de pitorreo general, sin faltar al respeto, y mira por donde me acompañan en moto a correos lo que hace que pronto salga del pueblo ante la atónita mirada de la guardia civil que me ven pasar y no dicen nada, para eso llevo doble luz delantera y trasera con el obligatorio chaleco reflectante colocado. A partir de ahí lo mas duro, el terreno es descendente hasta la Palma del Condado 30 kms mas adelante y a 94m. de altitud, largas rectas fáciles de pedalear donde el sueño viene de golpe y me obligan a parar para echar mano de una pastilla de cafeína, mal rato hasta que hace efecto y me permite llegar a la Palma luchando para mantener los ojos abiertos y hasta cantando en voz alta para distraer la mente.
Al cruzar se me pone al lado un coche de la policía local, el copiloto me comenta que es ciclista, podeis imaginarse la cara que se le queda cuando le digo que había salido de Sevilla a las doce de la noche, no la de esa noche, sino la anterior y ademas rodeando por Badajoz, me vienen como caído del cielo, pues en la soledad de la carretera me acompañan alumbrando con la linterna y charlando hasta el limite del termino municipal. Al dejarlos segunda cafeína antes de que me ataque morfeo de nuevo, sin mas incidencia me acerco a Sevilla donde me acompañan mi cuñao Abraham y Sonia para facilitar la siempre liosa entrada y posteriormente llevarme a Ubrique, la llegada algo antes de las 5 de la madrugada, 616 kms y 28 horas desde la salida, la velocidad media sobre la bici de 26kms/h y la clasificación para la Paris-Brest-Paris conseguida.
Al cruzar se me pone al lado un coche de la policía local, el copiloto me comenta que es ciclista, podeis imaginarse la cara que se le queda cuando le digo que había salido de Sevilla a las doce de la noche, no la de esa noche, sino la anterior y ademas rodeando por Badajoz, me vienen como caído del cielo, pues en la soledad de la carretera me acompañan alumbrando con la linterna y charlando hasta el limite del termino municipal. Al dejarlos segunda cafeína antes de que me ataque morfeo de nuevo, sin mas incidencia me acerco a Sevilla donde me acompañan mi cuñao Abraham y Sonia para facilitar la siempre liosa entrada y posteriormente llevarme a Ubrique, la llegada algo antes de las 5 de la madrugada, 616 kms y 28 horas desde la salida, la velocidad media sobre la bici de 26kms/h y la clasificación para la Paris-Brest-Paris conseguida.
Sólo una palabra:
ResponderEliminar¡¡¡MONSTRUOSO!!!
Hombre Gregorio feillo soy, pero de ahí a monstruoso....
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