miércoles, 11 de marzo de 2015

IV ULTRA TRAIL SIERRAS DEL BANDOLERO


ULTRA TRAIL SIERRAS DEL BANDOLERO  150 kms atravesando montañas, llanuras, a nuestra vera el río, el tren, subiendo desniveles imposibles  y bajadas de vértigo, visitando pueblos blancos casi anclados en otro tiempo, pisando las mismas piedras que pisaron árabes y romanos, vereas de arrieros, maquis y bandoleros, por las que transitó mi madre de pequeña tal vez solo para llevar una gallina, iluminados por la misma luna, azotados por el mismo viento, antaño supervivientes a los rigores de la época, ahora a nuestros propios retos, a nuestros propios miedos. Sufrimientos, alegrías, amigos y hermanos agonizar y renacer, toda una vida en 40 horas.
Tras estar en la primera edición y no haber sido de la partida en las dos siguientes por lesión y enfermedad este año tenia que ser si o si a pesar de que no seria fácil llegar medianamente en forma con la operación de menisco justo 4 meses antes, lo que no esperaba es que además de esta otras circunstancias, gripe, esguince etc me dejarían practicamente sin entrenar desde entonces salvo algunas salidas esporádicas.
Con 160 kms en las piernas en lo que va de año no me queda otra que tomarlo con tranquilidad, sabiendo que tendría que tirar mucho de coco y como experimento de hasta donde se puede rascar en el fondo del fondo, como siempre pondría todo por terminar pero siendo consciente de que hasta donde llegara eso que me habría encontrado.
Trabucazo de salida, mas que nervios incertidumbre por lo que me espera, trotamos por las calles hasta tomar el camino alto de El Bosque, Antonio Tineo como compañero que me dice de subir hasta el Simancón conmigo y luego ya vería si tirar para adelante o no, estoy tan justo que hasta el trotar me parece demasiado fuerte para lo que nos espera, cortafuegos de el Bosque y apenas subo 200 metros los gemelos hacen amagos de montarse, empieza la cosa bien, yo ni caso pasito a pasito para arriba sin forzar pero tampoco dejándome caer, pronto la que cae es la noche al cruzar el Bosque de Madroños, pasamos los Llanos del Campo un trago de agua y ahora si a buen paso hasta el Boyar , km 20, aquí el trago fue a una bota de vino dulce, no se si lo recomiendan los médicos pero me sentó la mar de bien. Nos colocamos el cortavientos porque ya se veía venir que nos iba a zurrar de lo lindo, Pto de las Presillas, bajamos al Llano del Endrinal también sin correr, llevo las piernas cargadas y practicamente no ha empezado la fiesta, ummmm mal rollito, toca subir a la meseta del Simancón y ahora no son los gemelos, son los cuadricep los que dan bocados, misma táctica de no hacerle caso y pensar que se pasará, hubiese apostado 1.000 a 1 en mi contra a que no llegaba a meta, lo que no quiere decir que no pondría todo el empeño, a todo esto Antonio reteniéndose para esperar, últimos metros de ascenso y le digo que apaguemos el frontal, así lo hacemos y cruzamos la meseta a la espectacular luz de la luna reflejada en la piedra caliza, ese rato ahí arriba recarga las pilas para un montón de kms, solo por eso merece la pena subir, en bandoleros o en otro día cualquiera. Camino a Villaluenga, aunque no lo vemos pasamos rozando los Santos Lugares, vestigios de donde llevaban a infectados por la Lepra y la Peste, historias de estos mismos caminos, bajada de los pinos hasta el Navazo Hondo y me encuentro mucho mejor, si sería cosa de calentar 4 ó 5 horas jeje, aquí se despistan de las balizas algunos y a pesar que les indico por donde es unos me siguen y otros no, espero que no tardaran mucho en reencontrarlas, parece que ahora si que marcha la cosa cruzamos el Navazo Alto y el Pto del Ahorcado invita a desplomarse a Villaluenga a buen ritmo, y me la tenia guardada, me estaba esperando porque siempre digo que es mas espectacular que dura o peligrosa y me castigó, me castigó las piernas dejandomelas torpes y doloridas como pocas veces, llego roto a Villaluenga donde estan mis Ágata y Andrea de voluntarias y aunque no me planteo la retirada si que veo que no llegaré muy lejos, Pablo achucha para que me vaya pronto al ver mi estado físico y de ánimo, y ahora que algún médico, preparador físico o alguien con estudios me explique como a los 5 minutos de salir no me dolía nada y las piernas me las encontraba ligeras y no, no fue un espejismo trotamos para bajar y cruzar los Llanos del Republicano subimos a muy buen ritmo el Pto del Correo e igualmente en medio de un terrible vendaval llegamos al Refugio de Libar, trotamos la pista hasta Montejaque, nos sentimos fuertes, disfrutamos, es la luz de la luna llena la única que de nuevo nos ilumina el camino, así nos plantamos en la Indiana a los pies de Ronda, la fuerte pendiente con la que nos recibe me produce un fortísimo dolor en uno de los músculos, tendones o algo de lo que tenemos por dentro, aflojo, pero va a mas y me obliga a parar, penosamente corono y nos dirigimos al polideportivo, mucho dolor, demasiado, dentro a duras penas puedo subir escalones, se acabó para mi esta edición de bandoleros, un abrazo a Antonio y le digo que ahora es su carrera, que lo que reservó en la primera parte lo lleva dentro, se vuelve para irse y..........algo se me remueve por dentro, le doy una voz para que me espere, me pongo la mochila y le digo que me voy a dar una oportunidad hasta Benaojan, hacemos ese tramo tranquilos para ver si mejoro y efectivamente es así, el Guadiaro y la vía del tren nos acompañan hasta Jimera, el sol empieza a apretar y me aligero de ropa, tal vez 15 minutos allí y parece que vuelvo a resurgir, ahora si trotamos bastante en busca de la Estación de Cortes, el duro ascenso hasta Cortes en el km 97 lo hacemos a buen ritmo, comer, beber y por el sendero de Libar la bonita y dura subida nos acerca de nuevo a los Llanos, no nos cebamos con los ritmos, nos sentimos bien y retomamos los trotes cuando el terreno lo permite, aquí hacemos un buen tramo con dos compañeros con los que la constante fue la de pasarnos mutuamente desde el km 15, Libar, Pto del correo en sentido inverso, Republicano y de nuevo Villaluenga km 111, al salir de Jimera me emcontraba bien, pero es que he ido a mejor y aquí llego en el mejor momento de la prueba, nos reciben Ágata, Andrea y Pablo, y amigos muchos amigos, el subidón es tremendo, hablo con unos y otros, a la vez llegan de la corta Ivan Vivo, Fabian y otros muchos, me dan una cerveza, y otra y......no quiero irme de allí, quiero hacer la carrera entera sin salir, quiero enpadronarme en el avituallamiento de Villaluenga, lo que sentí, viví en casi una hora que estuvimos allí bien merece un ultra, una temporada y una "carrera deportiva", no me voy para continuar, es que me echan literalmente, tanto que me fuí sin repostar agua, cojer cosas de la mochila de reserva y sin apenas comer. Ya en marcha subimos la cañada de Peralta buscando la cuesta de los Pinos que habíamos bajado 25 horas antes, ahora entretenidos por la compañía mas numerosa de corredores de la "corta", anochece, todo fluye y excepto por alguna queja por ampolla de Antonio todo son risas, si lo habian sido en los momentos chungos ahora aun mas,  charca verde, bajada casi suicida para estas alturas por la cañada Mahón para llegar a Grazalema, no gastamos mucho pero si que nos sentimos muy fuertes, invencibles, volvemos al Boyar, no quedan grandes subidas así que calculamos rodar lo que se pueda, pero como no todo puede ser tan bonito las ampollas hacen que Antonio comienze a sufrir, voy  mirando para atrás y veo lo que sufre al pisar, y al verlo lo sufro yo, mucho tiempo se nos va hasta Benamahoma, comemos y nos abrigamos bien pues empieza a hacer muchísimo frío, nos consuela saber que ya no habrá mas terreno pedregoso, salimos trotando por el precioso sendero del Majaceite aquí los escalones tan altos hacen volver el mismo dolor de Ronda, quisiera saber a quien utilizaron de modelo para cojer la medida, el tío tenía que medir 2 metros y medio. El Bosque huele a final a último tirón de 11kms. desagradecidos 11 kms con pista hacía arriba y carril roto por las huellas de tractores y todoterrenos, Huerta Dorotea, cuestón de bienvenida al pueblo  y enfilamos la meta, hemos sufrido a ratos, pero sobretodo, antetodo hemos VIVIDO durante 34 horas y 40 minutos, yo en lo personal y creo que Antonio también  podíamos haber tardado algunas horas menos, pero decidimos hacerlo así y estoy seguro que en este caso hicimos lo correcto. Larga vida a los BANDOLEROS.

P.D. Mis mas sinceros agradecimiento al Club Triton al completo, a Miguel Angel Pozo en particular a cada uno de los voluntarios, a los fotógrafos, a los compañeros de viaje, a cualquiera que al pasar da una palabra de aliento, a Yoli mi mujer, a mis niñas, en definitiva a todo el que en mayor o menor medida hace que esto sea posible.
P.D. 2 Perdon por omitir el nombre de tantos amigos con los que viví algun momento de estos, pero son tantos que prefiero no nombrarlos, se os quiere.

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