
La Doyenne, osea la decana, la mas antigua de todos los monumentos, la que cierra el triptico de las ardenas y por ende la temporada de clasicas, como no podía ser de otra manera guarda en su memoria unas de las gestas que hacen grande el ciclismo y a los ciclistas, corria el año 1980 y Hinault que sin preparar especificamente las clasicas todos los años sumaba alguna al zurrón, 5º en la Amstel 4º en Roubaix , 3º en la Flecha por esa secuencia le correspondía ser 2º en Lieja pero él se encargó de pregonar antes de la salida que no sería 2º. Parten 174 corredores y al poco se desata una tormenta de nieve que hace mella en los corredores, a las dos horas de carrera retirados mas de 100 apenas quedan 60, cuando Hinault está a punto de bajarse llega a su altura su director Guimard que le dice que aguante al menos hasta el avituallamiento, sigue pero con la mente puesta en el giro de Italia que comenzará en pocos días donde pretende vencer en su primera participación, algo mas adelante ve a su compañero Maurice Le Guilloux y parece darle en el botón que despierta al gran campeón, como diría mas tarde " el capitan es el último en abandonar el barco", comienza a pasar a grupos sin saber siquiera a cuanto está de la cabeza formada los belgas Pevenage y Peeters que ven como se les hechan encima el bretón y los pocos

PD. Escribo esto viendo la retransmisión de la Lieja de este año, 11kms para meta y varios españoles con opciones, algo impensable hace unos años.
Edito a los pocos minutos de publicar para comentar los sentimientos contradictorios que me produce la victoria de Vinokourov, es de los ciclistas que mas me gustan con esa mezcla de fuerza y osadia, sin embargo hizo trampas y le pillaron, ha pagado y ya ha vencido esta semana el giro del Trentino y ahora la Lieja, ¿ se merece seguir siendo admirado?..........

Me encanta la épica del ciclismo, en el youtube me veo muy a menudo videos de carreras de los 80
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